Gabriela Clivio

¿No más un “lindo país con vista al mar”?

GABRIELA CLIVIO Economista, directora de Business Valuation en Mazars

Por: Gabriela Clivio | Publicado: Jueves 2 de junio de 2022 a las 04:00 hrs.
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Éramos un “lindo país, esquina con vista al mar”; ahora somos el segundo país de América Latina en materia de ataques terroristas. Según el Índice Global de Terrorismo 2022 del Instituto de Economía y Paz, ocupamos el puesto número 18 entre los 163 países de la muestra, muy por delante de Israel y apenas ocho puestos detrás de Pakistán, refugio de talibanes.

Si bien históricamente grandes economistas como Keynes se han referido al rol de las guerras en la economía, poco se ha modelizado sobre la relación entre el terrorismo y sus consecuencias macroeconómicas. Sin embargo, dos estudios específicos sobre economías afectadas por el terrorismo entregan datos y cuantificaciones del impacto usando diferentes técnicas econométricas. En ambos estudios se prueba una causalidad entre el terrorismo y el menor crecimiento.

“Existe una demostrada causalidad entre terrorismo y menor crecimiento económico. Tenemos que dejar de mirar para al lado e incorporar este tema en el diseño de las políticas públicas”.

A nivel de impacto económico, a modo de ejemplo, los ataques del 11 de septiembre 2001 en Estados Unidos impactaron tanto en la confianza de los empresarios como en el ánimo de los consumidores. Esto afectó negativamente la inversión, el consumo y las exportaciones, y por lo tanto, el crecimiento económico. Los ataques que tienen como objetivo a la infraestructura afectan gravemente, además, el transporte, las comunicaciones y la economía en su conjunto. Finalmente, el combate al terrorismo tiene un efecto económico sustancial en materia de recursos necesarios para financiarlo.

Eckstein y Tsiddon prueban, utilizando una técnica econométrica, que si Israel no hubiera sufrido ataques terroristas en los tres años comenzando el nuevo milenio, el PIB per cápita hubiera crecido durante ese trienio un 10% más. Partiendo del modelo de Blanchard–Yari, estos autores muestran que hacia finales del año 2000, el PIB per cápita de Israel alcanzaba al 55% del PIB per cápita de EEUU, mientras que tres años más tarde apenas alcanzaba al 45%. A nivel de los individuos, un ataque terrorista aumenta la probabilidad de muerte, y a nivel de empresa puede asimilarse a una total depreciación del activo. La destrucción del activo, junto con la muerte, tienen un efecto muy negativo a nivel agregado.

Los autores demuestran, usando un modelo VAR, la existencia de co-movimientos entre las variables económicas de consumo, inversión y exportaciones en respuesta a un shock exógeno que refleja el terrorismo. Es importante tener en cuenta que Israel tiene una economía pequeña y abierta, como Chile. En el caso de Pakistán, los autores Park, Ruiz Estrada, Suk y Khan prueban, usando un modelo TAVE, que el terrorismo determina una baja performance económica.

Queda claro que ahora que nos enfrentamos en Chile a un escenario de alta inflación, donde el Banco Central está utilizando sus balas para volver a anclar la misma al 3% anual subiendo la tasa de interés, tendremos como consecuencia un menor crecimiento. Este menor crecimiento se verá aún más negativamente impactado por la brutal escalada de violencia que vivimos.

Definitivamente, tenemos que dejar de mirar para al lado e incorporar este tema en el diseño de las políticas públicas.

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